¿Cuándo escribí mi primer poema?

Ayer por la mañana hice una encuesta tanto en Facebook (Ariel Dom Trus) como en Instagram (arieldomtrus666) acerca de qué les gustaría que escribiera en esta oportunidad; si preferían que confiese cuándo escribí mi primer poema o que dé mi opinión acerca de los fiscalizadores municipales abusivos ¿Y qué creen? Como es evidente, la historia de mi primera poesía se llevó la totalidad de los votos, así que acompáñenme en esta curiosa anécdota:

A diferencia de mi padre, el buen Camilo Mota, yo no nací con el don de poeta como sí de dibujante y de escritor, es por ello que mientras cursaba la Primaria en el colegio estatal José Olaya Balandra del distrito de Chorrillos, nunca gané los concursos internos de creación de poesía como sí los de dibujo, ortografía, declamación y creación de cuentos; porque mientras que otros inspirados construían bellas estrofas, yo solo sabía armar la típica rima de que cierta cosa era hermosa como una rosa. Bastaba que escribiera esa línea para quedarme estancado hasta el final del concurso. No obstante, fue cuando apenas empecé la Secundaria que la cosa cambió…

Pero no cambió porque mis padres me pusieron en un curso para aprender a escribir poemas, sino a causa de una bella compañera de aula de piel blanca y cabello castaño claro llamada Caroline, quien ya me gustaba desde el sexto grado de Primaria, pero fue recién en el primer año de Secundaria que el sentimiento se hizo más fuerte, y pues, como soy de los que se ilusionan con facilidad, estaba dispuesto a conquistarla pese a que claramente me despreciaba y me trataba como si fuera invisible (según ella se creía de la alta sociedad). Tal era mi deseo de ser su enamorado que un día en el recreo no pude aguantar más y la cité en el jardín de la escuela para declararle mi amor y preguntarle si quería estar conmigo ¿Qué creen que respondió? ¡Nada! Simplemente dio la media vuelta y se fue permitiendo que su silencio me dejara el corazón hecho añicos.

Fue mi primer caso de amor no correspondido y obviamente lloré a mares por todo un día, mas lo que no sabía era que aquel estallido del corazón había dado origen a mi talento para escribir poemas, aunque si creen que desde ese momento empecé a crear versos como los hago ahora, déjenme decirles que así no fue porque a pesar de que el don ya estaba en mí, tuve que trabajarlo constantemente para recién alcanzar mi nivel actual. Días posteriores a la catástrofe emocional, en mi habitación escribí varias poesías dedicadas a Caroline, en las cuales la comparaba con la diosa griega Afrodita, pero como era de suponerse, todas terminaron siendo basura.

No obstante, continué practicando y practicando, y fue en el día exacto que me enteré que el crush de Caroline era un tipo de segundo año mucho más feo que yo, llamado Sergio, que escribí un poema leíble con buenas rimas cargadas de odio y burla que no iban dedicadas a Caroline, sino al mismísimo Sergio por arrebatarme a quien yo quería para mí. Tal fue la pegada de dicha poesía que traspasó las fronteras de mi salón y hasta llegó a las manos de Sergio, quien por un buen tiempo anduvo averiguando quién era el autor de los versos que lo ridiculizaban, sin poder tener éxito.

Aún al año siguiente, mis compañeros de segundo y tercer año de Secundaria seguían hablando del poema que le dediqué a Sergio, hasta que un día mi ex amiga Ena se olvidó de sacar, del bolsillo de su casaca, la hoja de papel con la poesía escrita y esta murió desecha en la lavadora. Fue el fin de mi primer poema y de su apogeo, pero el impacto que provocó fue tal que me motivó a seguir escribiendo y evolucionando hasta el día de hoy en que ya me resulta sumamente sencillo armar rimas (de preferencia abrazadas) no solo en español, sino también en inglés y en wuudanés (el idioma de mi invención), las cuales comparto con ustedes a través este blog casi todas las semanas. Sin embargo, debo reconocer que no me considero un poeta a la altura de Gustavo Adolfo Bécquer  ni de Antonio Machado ni de Pablo Neruda, puesto que soy consciente de que aún me falta mejorar.

Dato curioso uno: Desde el origen de mi talento para la poesía, gracias a que no fui correspondido por Caroline, y con la única excepción del poema que le escribí a Sergio, solo me he especializado en escribir versos tristes, es por ello que se pueden encontrar poesías dedicadas a «Kharin«, E.V.L, K.T.H y Claudia.

Dato curioso dos: La mayoría de veces que escribo poemas sucede cuando estoy soltero.

Bueno, esa es la historia de mi primer poema ¿Quién lo diría no? Que gracias a un desengaño me convertiría en poeta; como dicen por ahí «No hay mal que por bien no venga.»

Saludos desde Trus,

Ariel Dom Trus

Deja un comentario